La historia de Kodak es una lecciรณn poderosa sobre cรณmo la codicia corporativa y la falta de visiรณn pueden llevar a la ruina incluso a los gigantes mรกs dominantes de su industria.
Kodak no fue vรญctima de la falta de innovaciรณn; de hecho, fue un pionero. Steve Sasson, uno de sus empleados, inventรณ la primera cรกmara digital en 1975, una tecnologรญa con el potencial de revolucionar la industria. Sin embargo, en lugar de abrazar este cambio, Kodak lo viรณ como una amenaza directa a su negocio de pelรญculas y papel fotogrรกfico, que era extremadamente rentable en ese momento.
El temor a canibalizar su modelo de negocio llevรณ a la empresa a archivar la innovaciรณn y retrasar deliberadamente el avance de la fotografรญa digital.
Kodak era un monopolio casi absoluto en el negocio de la fotografรญa quรญmica, y la codicia por mantener ese flujo de ingresos los cegรณ ante los cambios inevitables del mercado. En lugar de invertir agresivamente en el desarrollo y comercializaciรณn de la fotografรญa digital, se aferraron a su modelo tradicional porque el negocio de las pelรญculas fotogrรกficas tenรญa altos mรกrgenes de ganancia.
Esta miopรญa empresarial llevรณ a la empresa a ignorar las seรฑales de que el mundo estaba cambiando. La digitalizaciรณn era inevitable, y otras compaรฑรญas como Sony, Canon y Nikon aprovecharon la oportunidad para liderar la revoluciรณn digital.
Cuando intentaron ingresar al mercado de la fotografรญa digital, ya era tarde. Mientras competidores mรกs รกgiles habรญan consolidado su posiciรณn, Kodak estaba intentando ponerse al dรญa. En lugar de ser un lรญder, se convirtiรณ en un rezagado.
Finalmente, en 2012, Kodak se declarรณ en bancarrota. Para subsistir, tuvo que recurrir a la venta de sus patentes, incluyendo aquellas que nunca habรญa usado de manera efectiva. Estas patentes, muchas derivadas del trabajo de visionarios como Steve Sasson, fueron adquiridas por empresas como Apple, Google y Microsoft. El valor de estas patentes ascendiรณ a 525 millones de dรณlares, pero este ingreso no fue suficiente para recuperar la relevancia perdida.
La caรญda de Kodak es un recordatorio de que:
ย 1. La innovaciรณn no sirve si no se implementa. Kodak tuvo la oportunidad de liderar la era digital, pero el miedo a perder ganancias inmediatas los paralizรณ.
ย 2. El cambio es inevitable. A largo plazo, resistirse al cambio suele ser mรกs costoso que adaptarse a รฉl.
ย 3. La codicia mata la visiรณn. La obsesiรณn por exprimir hasta el รบltimo dรณlar de un modelo de negocio obsoleto impidiรณ a Kodak imaginar un futuro diferente.
La ironรญa mรกs dolorosa es que Kodak poseรญa las herramientas y el conocimiento para prosperar en el nuevo mundo de la fotografรญa digital, pero sus propias decisiones la condenaron. Su historia no es solo sobre la fotografรญa; es un ejemplo universal de cรณmo la resistencia al cambio y la miopรญa estratรฉgica pueden destruir incluso a los mรกs grandes.