Hace unos días hablaba con un amigo que vive en Europa. Actualmente, tiene una gran responsabilidad en una empresa prestigiosa a nivel mundial, pero varias décadas atrás fue uno de los primeros uruguayos curiosos en investigar qué provecho se le podría sacar a internet cuando daba sus primeros pasos. Un pionero en explorar lo que vendría. Lo sigue siendo.

Por ello, apenas salió la noticia de DeepSeek, la IA china que promete desafiar a los grandes del sector, le pregunté si ya había bajado la app. Su respuesta fue tajante: “¡𝗡𝗶 𝗹𝗼𝗰𝗼!“.

¿Por qué su negativa tan inmediata? Se trata de alguien que ha sido un explorador digital desde que internet era solo una promesa difusa y que de la nada, en su casa en Solymar, logró hacer una fortuna minando bitcoin cuando nadie sabía lo que era esa palabra.

Su temor es evidente: que DeepSeek acceda y robe los datos confidenciales que maneja la empresa para la que trabaja. No es paranoia ni rechazo infundado, sino una preocupación legítima en un mundo donde la seguridad digital es clave. Hablamos de la confianza. De cómo la historia de la tecnología no es solo una historia de innovación, sino también de dilemas éticos, geopolítica y modelos de negocio. DeepSeek representa una IA potente, con costos menores y un enfoque de acceso más abierto, pero también plantea preguntas serias sobre censura y privacidad de datos. El gobierno chino, apoyado en su legislación, puede requerir que la empresa comparta datos de los usuarios, vulnerando toda privacidad.

Según publicó The Times DeepSeek muestra una tendencia a repetir puntos de vista oficiales de Beijing y ha proporcionado información inexacta en temas sensibles, como la Plaza de Tiananmén y Taiwán.

Según publicó The Times DeepSeek muestra una tendencia a repetir puntos de vista oficiales de Beijing y ha proporcionado información inexacta en temas sensibles, como la Plaza de Tiananmén y Taiwán.

El portal Wire informó que Italia eliminó DeepSeek de las tiendas de aplicaciones. Esta decisión llega luego de que la Autoridad Italiana de Protección de Datos (DPA) cuestionara a la empresa DeepSeek sobre la base jurídica para el procesamiento de los datos de la ciudadanía y si estos son almacenados en servidores ubicados en China.

En Uruguay ya está disponible en Zapia, según informó Joaquin Fernandez Ojeda.

En mi opinión la confianza en la tecnología no se construye solo con algoritmos más avanzados o con modelos más accesibles. Se construye con transparencia, con independencia y con la certeza de que los datos que compartimos no terminan siendo herramientas de control.

Las nuevas revoluciones digitales no son solo sobre lo que pueden hacer, sino sobre lo que estamos dispuestos a aceptar. ¿Hasta dónde llega nuestra curiosidad y dónde comienza nuestra cautela? Yo, me quedo del lado de los cautelosos.